Nuestro viaje de colecho compartido contigo

Después de la llegada de tu bebé, tenerlo a más de un metro de distancia puede parecer demasiado lejos. Especialmente en esas primeras semanas, cuando es tan pequeñito y totalmente dependiente, querrás y necesitarás tenerlo lo más cerca posible.

¿Te planteas si el colecho es para vosotros? Una búsqueda rápida en internet te dará montones de estudios, blogs y opiniones sobre el colecho. Los beneficios psicológicos y del desarrollo son muchos, aunque a veces pueden resultar abrumadores.

Como madres que hemos pasado por el colecho, con experiencias y caminos distintos, nos gustaría compartir cómo nos fue y qué les contamos a nuestras amigas. Con total sinceridad y sin filtros.

Olivia - Fundadora de Hola BB

Cuando estaba embarazada de Bo, en los Países Bajos no se hablaba mucho del colecho: la oferta de cunas de colecho era limitada y mis compañeros opinaban que los bebés dormirían mejor en su propia habitación, así que mejor moverlos cuanto antes.

Admito que no investigué tanto ni lo pensé demasiado. Al principio compré un moisés para junto a la cama y una cuna para la habitación de Bo, para usarla pasados unos meses. Pero cuando llegó Bo, todo cambió.

Una lesión de pelvis hizo que apenas pudiera levantarme de la cama, y el hecho de que a Bo no le gustara el moisés desde el primer intento nos obligó a buscar alternativas, y rápido. La primera noche de colecho es uno de mis recuerdos favoritos de aquellos primeros días: se quedó dormido mientras yo le cantaba canciones de She & Him, acariciándole la cabeza me quedé mirándole durante horas. Pedimos pizza y comimos en la cama junto a nuestro recién nacido que dormía junto a nosotros, respirando suavemente.

A partir de ese momento, las noches con el recién nacido fueron mucho más fáciles. Bo estaba contento y tranquilo estando con nosotros: al despertar nos veía al instante y yo podía acariciarle la barriga para que se volviera a dormir. Mis amigas tenían historias caóticas de esas primeras semanas sin dormir, pero para nosotros fueron algunas de las noches más apacibles y acogedoras con Bo… Por suerte, este no es un artículo sobre la regresión del sueño a los 4 meses :)

Cuando monté Hola BB supe que uno de los primeros productos que tenía que incluir era el SnuzPod, nuestra cuna de colecho favorita. Algo que he aprendido en este viaje a la maternidad es que 1) nunca sabes del todo qué tipo de padre o madre vas a ser y 2) no sabes qué tipo de bebé tendrás. Para mí, la flexibilidad es clave: escúchate a ti misma y a tu bebé y adapta lo que os convenga. Por eso elegí el SnuzPod: no solo por su seguridad y premios de diseño, sino porque permite adaptarse -hacer colecho o convertirse en una cuna convencional, mecer o no-.

La mayoría de padres te dirá que la clave para bebés felices es la repetición y una transición lenta cuando quieres cambiar su rutina. Una de las cosas que más me gusta del SnuzPod es que puedes quitar el moisés y moverlo por la casa; así, cuando quieras pasar al bebé de su cuna de colecho o cuna convencional, puedes poner el moisés dentro de su cuna para las siestas del día, acostumbrándole poco a poco a su nuevo espacio. Un truco sencillo y muy eficaz. Acostumbrarse a la nueva disposición para dormir puede costar algo más, pero tras unas noches vigilando el monitor lo dominarás.

Aricia - Community Manager

No recuerdo exactamente cuándo se me vino a la mente el colecho durante el embarazo. Lo que sí sé es que para nosotros no fue una duda: tener a nuestro pequeño lo más cerca posible nos pareció lo más natural. Después de nueve meses conviviendo cuerpo a cuerpo, dormir tan cerca fue el compromiso perfecto para el bebé y para mí.

Cuando nació nuestro hijo, mi parte maternal se alegró de que mi instinto durante el embarazo hubiera acertado: una cuna de colecho nos venía perfecta. Recuerdo a mi pareja y a mí pasando minutos en la cama contemplando a nuestro recién nacido, aún sin creernos que aquella criatura era “nuestro” bebé, el que habíamos imaginado durante nueve meses y mucho antes. Mi madre y mi suegra también miraban atónitas la cuna de colecho, lamentando que estas cunas de cabecera no existieran en su época.

Esas primeras noches fueron mágicas. Igual que la fiesta de pizza de Olivia, la noche en que nació Thorgal hicimos una fiesta de sushi en la cama; mis padres y mi hermana también estuvieron. No podíamos creer que por fin habíamos conocido al nuevo miembro de la familia. Y ese ser diminuto y frágil estaba allí con nosotros, a un brazo de distancia, descansando tras su extraño viaje desde mi refugio hasta este gran mundo. Gracias a la cuna de colecho estaba lo bastante cerca para seguir oyéndonos, oliéndonos, viéndonos e incluso sintiéndonos.

Tener a Thorgal en su cuna de colecho no solo resultaba seguro y acogedor para todos; también me ahorró montones de levantadas nocturnas para cogerle y darle el pecho, porque teníamos todo lo que necesitábamos en la misma cama. En lugar de caminar varias veces por la noche a su habitación para comprobar si seguía respirando, podía girarme, estirar el brazo para tocarle o simplemente escuchar su respiración junto a mí. Además, la opción de inclinación por reflujo fue una salvación para nuestro peque con regurgitaciones, y un alivio para las naricitas congestionadas.

Mi recomendación para mis amigas (y para ti): hazte con esa cuna de colecho. Nunca puedes estar demasiado cerca de tu bebé, y esos primeros meses no vuelven. Con una cuna de colecho puedes vivir el momento y crear vínculo, incluso mientras dormís.

Lauranza - Clienta

Durante el embarazo no dudé del colecho: estaba segura de que nuestro bebé dormiría a nuestro lado al menos los primeros seis meses. Investigué mucho sobre las diferentes cunas de colecho y me decidí por el SnuzPod, tanto por su funcionalidad como por su estética. Si algo va a estar en nuestro dormitorio seis meses, quiero disfrutar viéndolo.

Eve fue una bebé de verano y bastante típica de recién nacida, así que tenerla junto a mí durante las tomas nocturnas facilitó mucho el sueño. Lástima que cuando llegó el invierno, con sus tormentas de nieve y temperaturas bajo cero, las enormes ventanas de nuestro piso en Ámsterdam dejaron la habitación demasiado fría para Eve. Así que subimos la cremallera del lateral y la trasladamos al pasillo, justo fuera de la habitación. La primera noche durmió más de lo que lo había hecho nunca y se despertó menos veces. Me dio pena porque quería mantenerla cerca, pero pronto quedó claro que estaba lista para dormir sola (y sin que mi novio la despertara por la noche).

Decidimos conservar el SnuzPod como cuna y mudarla a su propia habitación, donde estuvo feliz hasta los 9 meses. Aunque pensábamos que solo cabría seis meses, como aún no se daba la vuelta y tenía mucho espacio, no vimos la necesidad de moverla antes.

Justo antes de pasarla a una cuna convencional, incluso nos llevamos el SnuzPod de camping: quitamos la parte superior del moisés y le hicimos una camita entre los asientos delanteros de nuestra VW camper. Aunque estábamos en una furgoneta en plena naturaleza, ella tenía su cama y todos dormimos genial.

Ahora Eve duerme de maravilla: contenta en su propia habitación y segura. Creo que mantenerla muy cerca al principio, pero con la opción de moverla cuando llegó el momento, ayudó a que hoy sea la dormilona feliz que es.

Si has llegado hasta aquí, ya sabes que somos grandes defensoras del colecho. Especialmente con una cuna de colecho, que ofrece una forma segura, cómoda y flexible de dormir con un recién nacido.

¿Con ganas de empezar vuestra propia aventura de colecho? Aquí encontrarás más información sobre nuestra cuna de colecho favorita en un solo producto: el SnuzPod4.

Beneficios:

• Se adapta a casi todas las camas, incluidas las bases tipo boxspring
• Cumple la nueva normativa para cunas de colecho
• Mayor flujo de aire para ayudar a regular la temperatura
• Opción de inclinación suave para el reflujo
• Moisés extraíble para usar en casa